Se termina un año gigante. Con sus cositas, claro, pero con un balance sin dudas positivo. Pase un año entero dibujando y viviendo de eso.

Hace unos días sentí que me faltaba algo y haciendo cuentas me avivé que llevaba 3 días sin dibujar. Hasta que retomé pasaron 5 días y esa fue la pausa más grande del año. No es que lleve la cuenta, es una realidad: me quedo quieta unos minutos y ya encuentro algo para dibujar, inevitable.

Desde que tengo memoria paso fin de año colapsada por laburo, por entregas de la facu, por exámenes, por ferias, por lo que me vaya tocando. Bueno, este año me relajé. Me parece que un año tan lleno y tan productivo podía terminar panza arriba. Bueno, exagero… pero “tranquilo” aplica.

El 2017 me vió poniendo un broche de oro a uno de los desafíos mas grandes de mi vida: el viaje a Rhode Island para asistir al seminario de Zentangle ( el puesto nro 1 es para el título de DG). ¿Qué mas podía pedir? Y sin embargo, el resto del año no dejó de sorprenderme.

Ya tengo mi listita de cosas a mejorar en el 2018, entre ellas darle mas bola a este blog y empezar a compartir tutoriales e ideas para devolverles a quienes me leen, un poquito del empuje que me dan.

Gracias por eso,

¡espero que arranquen un año lleno de creatividad, de animarse a cosas nuevas y de amor!